La historia de la piedra turmalina
Hace poco más de 2300 años, un eminente filósofo tuvo una especial fascinación por las piedras preciosas, sus características y sus poderes. Teofrasto fue el primero en decidir informar de todas sus investigaciones y teorías sobre los minerales. Conocía y apreciaba las más bellas piedras preciosas y gemas que han ocupado un lugar muy importante en la historia de la humanidad y sus protagonistas. Teofrasto también estaba interesado en la Turmalina que le sorprendió aún más, ya que un día pudo ver que este cristal atraía paja, cenizas o pequeños trozos de madera si se calentaba, revelando así su característica piroeléctrica. Gracias a esto los holandeses lo bautizaron en el siglo XVIII : “asshentrekker” (banda de cenizas). Su descubrimiento oficial se remonta al 1400 A.C., en una ciudad conocida ahora como Zschorlau, en Alemania, de donde toma su nombre “Schorl”. El pueblo tenía una mina de estaño cerca, donde no sólo la casiterita, sino también la piedra turmalina negra. Se llamó Schürl hasta 1600. Se dice que los grandes magos de la antigüedad invocaron esta gema para protegerse de los demonios que escaparon a la Tierra. Son sin duda estas antiguas leyendas las que hacen que todavía esté presente hoy en día, tan ineludible y renombrada en el mundo de la protección contra las entidades malignas que evolucionan en la tierra. Durante mucho tiempo se creyó que la piedra de la Kaaba estaba compuesta de turmalina. Pero parece que es de hecho una Obsidiana, aunque ningún estudio científico puede confirmarlo, ya que el análisis de la Kaaba no es libre.
En la literatura del siglo XVIII, la escritora Barbara Walker cita referencias que establecen que esta piedra era beneficiosa para los artistas, autores, actores y creadores. En el mismo siglo, un científico holandés afirmó que una piedra de Turmalina envuelta en seda y colocada contra la mejilla de un niño con fiebre induciría el sueño. La India también adoraba esta gema. Se utilizó como instrumento de información y asistencia para averiguar lo que era bueno y positivo y también lo que no, a fin de estar siempre alerta. También se usó para revelar la causa de las dificultades o fallos de funcionamiento. La gema también fue muy valorada por los alquimistas que, quizás por su efecto piroeléctrico, la consideraban relacionada con la piedra filosofal. Creían que era esta piedra la que conferiría la iluminación, daría poder sobre las materias espirituales, uniría los opuestos y transmutaría los metales básicos en oro puro. Todavía hoy, esta piedra es utilizada por las tribus africanas, amerindias y aborígenes de Australia como talismán protector, protegiendo contra todos los peligros.